Algo muy común en México son los organilleros, sobre todo los he visto en las calles del centro y en otros lugares turísticos como Coyoacán. Es una profesión muy antigua que hasta hoy se mantiene. Generalmente se los ve de a dos y pueden ser tanto hombres como mujeres. Uno de los dos toca el órgano y el otro pide la colaboración: "Una colaboración para el organillero". Usan un traje color té con leche y un gorro tipo militar, parecido al uniforme de la marina Argentina. Son unos personajes que en primera instancia parecen simpáticos y curiosos pero después de escucharlos un rato saturan con el organito y su melodía cadenciosa. Sin duda, forman parte del paisaje de esta ciudad.
Organillero detrás de la catedral metropolitana
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